martes, 18 de enero de 2011

CRECED Y MULTIPLICAOS

En el siglo XV, el Padre Francisco Costa, más conocido como El Abad de Trancoso, se tomó muy en serio estas palabras. Y es que a lo largo de su vida, este religioso del norte de Portugal alcanzó la asombrosa suma de 275 hijos de 54 mujeres diferentes.

Cuando la Inquisición descubrió su faceta reproductora, lo juzgó y condenó a morir descuartizado, dictando que su cabeza sería llevada a Guarda, sus brazos a Viseu y sus piernas a Castelo Branco como forma de aviso a cualquier religioso que actuara igual. Sin embargo, el rey D. João II optó por condecerle el perdón real por "haber contribuido fuertemente al poblamiento de aquella región de Beira Alta, tan despoblada en aquel momento".

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